Desde el instante del MANOS ARRIBA, se supo que eran guerrilleros. A los verdugos se les reconoce siempre, tenían cara de miedo y la vida les estropeaba la cara.
Nos guiarían mudos a una muerte permanente y sentida. La muerte sería el simil de SÍSIFO en la selva.
La manigua crecería a cada instante en una pesadilla de hombres transformados en plantas. Después, la NADA vuelta NADA.
Nos guiarían mudos a una muerte permanente y sentida. La muerte sería el simil de SÍSIFO en la selva.
La manigua crecería a cada instante en una pesadilla de hombres transformados en plantas. Después, la NADA vuelta NADA.
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